Biografías
Linda Cayot a través de sus huellas
Los bibliotecarios y los archivistas estamos entrenados para reconstruir hechos a partir de los pequeños retazos de conocimiento y memoria que almacenamos en nuestros estantes. Al fin y al cabo, los seres humanos no somos otra cosa que la suma de los recuerdos y de las huellas que dejamos atrás.
Linda Jean Cayot no fue la excepción. Y fueron muchas las huellas que dejó.
Varios ejemplares de su tesis de doctorado de biología, gastados por el uso y por el tiempo, descansan en la biblioteca de la Fundación Charles Darwin (FCD), dentro de la "Colección Galápagos". Titulada Ecology of giant tortoises (Geochelone elephantopus) in the Galapagos Islands, las 400 páginas de ese trabajo fueron presentadas en mayo de 1987 a la Universidad de Syracuse, en el estado de Nueva York.
En los párrafos de esa tesis, es posible averiguar que Cayot se había graduado en ciencias en la Universidad de Colorado allá por 1975, y que en esa misma institución había terminado su maestría en 1978.
El texto también permite saber que Cayot estuvo en las islas Galápagos entre enero de 1982 y julio de 1983, con una beca de la National Science Foundation, para recoger los datos necesarios para su tesis. Que trabajó junto a Treesa Kineke, quien fue su asistente en las islas. Que durante su estadía recibió la ayuda de Gayle Robinson y de la inefable Gayle Davis, que ya llevaba un tiempo residiendo en la Estación Científica Charles Darwin (ECChD). Que su trabajo de campo tuvo lugar sobre todo en Santa Cruz, especialmente en la vieja "Caseta" de la parte alta, y en ubicaciones como El Chato. Que también estuvo en Pinzón. Que Donna Reynolds la acompañó en la elaboración de los "temibles" transectos vegetales, mientras que Gary Robinson y Priscilla Martínez la ayudaron con la recolección de excrementos de tortuga. Y que en todo momento se vio apoyada por Fausto Cepeda, del Parque Nacional Galápagos (PNG), y por Friedemann Koster, el director de la ECChD, y por Bob Reynolds, por entonces el herpetólogo residente de la institución.
Pero todos esos datos serían estériles, propios de un estereotipado listado de agradecimientos, si no estuvieran acompañados por otras evidencias. Entre ellas, el centenar de diapositivas que Cayot donó al Archivo de la FCD. Imágenes que dialogan con los libros y artículos de la Biblioteca, con los textos de la revista Noticias de Galápagos, con informes y otros materiales guardados en el Archivo...
Así es posible saber que Cayot ya había visitado las islas en 1981. De hecho, gracias a ella tenemos la única foto existente de la pequeña cocina de la mítica "Caseta", la cual fue tomada en marzo de ese año. Todo el entorno natural y paisajístico de la "Caseta", de El Chato y de sus alrededores fueron recogidos por su cámara, lo cual permite seguir los pasos de aquella mujer por las tierras altas santacruceñas, e imaginar qué hizo, dónde estuvo, qué vio... Gracias a esas imágenes también sabemos que durante su trabajo de campo sufrió los arrasadores efectos de uno de los peores fenómenos de El Niño documentados en Galápagos hasta aquel momento. Cayot fotografió ríos caudalosos bajando desbocados hacia la costa de Santa Cruz, así como inundaciones nunca vistas en localidades como Bellavista. Probablemente entonces tuvo lugar una de sus anécdotas más recordadas en la FCD, en la que se vio arrastrada por una correntada de agua junto a la enorme tortuga gigante a la que estaba estudiando.
Tras la obtención de su título de doctorado, volvió a Galápagos y comenzó a trabajar en la ECChD como herpetóloga en 1988, involucrándose activamente en procesos que ya llevaban activos un largo tiempo, y que resultaban de la estrecha colaboración entre la FCD y el PNG. Ya a mediados de los 60, poco después de la inauguración de la ECChD, el director de la misma, Roger Perry, junto a colaboradores como Miguel Castro, Rolf Sievers y Fausto Llerena, comenzaron a trabajar en la reproducción de tortugas gigantes, cuyas primeras crías fueron repatriadas y liberadas en Pinzón en 1970. Para el mismo año se detectaron especies invasoras, que se fueron erradicando progresivamente a lo largo de la década de los 70' (en Pinta, Marchena, Bartolomé, Santa Fe y Española), mientras que, en 1978, Heidi y Howard Snell se hicieron cargo de una iniciativa previamente liderada por Dagmar Werner y lograron la llegada de "Esperanza", la primera iguana terrestre galapagueña nacida en cautividad.
Con esos antecedentes y semejante compañía, Cayot trabajó en la FCD hasta 1998. Las huellas de sus pasos pueden seguirse, sobre todo, en las páginas del Galapagos Research. Las primeras aparecieron en 1991 (#50), cuando informó de la muerte de "Chiquita", la iguana terrestre "mascota" de la ECChD, y de la célebre tortuga "Onan", de Pinzón, cuyos restos fueron hallados en la isla por Gayle Davis y Washington Tapia, por entonces un joven voluntario. Curiosamente, las únicas imágenes que tenemos de "Onan" son obra de Cayot (al igual que las únicas fotos del Beagle V, el barco de la FCD en aquella época, en el cual ella viajó). En el mismo número de la revista dio cuenta, junto a Cruz Márquez, otra influyente figura de la ciencia isleña, del éxito del programa de reintroducción de tortugas en Española. En 1992 hizo lo propio con la repatriación de iguanas terrestres a Baltra (#51), un proceso que tuvo lugar en 1991, y del cual Cayot dejó una interesante documentación visual a través de una breve serie de diapositivas.
Durante todos esos años participó en los trabajos de construcción del actual centro de crianza de tortugas gigantes "Fausto Llerena", tomando numerosas fotografías del desarrollo de las obras. Asimismo, colaboró estrechamente con los numerosos profesionales de ese programa en la reproducción de tortugas e iguanas terrestres. En particular, se involucró en el cuidado del famoso "Solitario George", especialmente en los procesos que buscaban su reproducción. De hecho, Cayot fue la autora de las imágenes que recogieron el trabajo de Sveva Grigiani, quien en 1993 se hizo conocida por buscar la estimulación sexual manual del viejo macho de tortuga gigante.
En 1994, Cayot apareció en el Galapagos Research (#53) participando en estudios sobre geckos e iguanas marinas, un interés refrendado por las diapositivas sobre el tema que tomó entre 1991 y 1993. En 1994 (#54) denunció la caza ilegal de tortugas gigantes en Isabela, y en 1996 siguió hablando de los problemas de los quelonios en esa isla (#56) junto a Heidi Snell, aunque ya incluyó en el panorama a las cabras que llevaban años dañando la vegetación del volcán Alcedo. En 1996 (#57) dejó constancia de las primeras expediciones de caza de chivos a Isabela, en línea con programas de erradicación desarrollados en otras islas desde hacia tres décadas. Nacía así el "Proyecto Isabela", que recibió una amplia cobertura textual y audiovisual por parte de diversos colaboradores, investigadores y autores, y que con el paso de los años resultó ser un rotundo éxito.
En 1997 (Galapagos Research #58), Cayot apareció con el cargo de Head of Research for the Protection of Native Animals en la ECChD, informando sobre una súbita mortandad de tortugas en El Chato. Y en 1998 (#59) reportó los avances del "Proyecto Isabela". En el contexto de esas tareas de erradicación, a principios de 1997 Cayot impulsó la construcción de una pequeña cabaña en el borde sur del cráter del volcán Alcedo, para apoyar los trabajos de caza e investigación. Dicha cabaña, aún en pie, lleva hoy su nombre.
Tras abandonar la FCD, desde 2008 fue asesora científica de la organización Galapagos Conservancy, y a inicios de 2020 se retiró, tras completar la edición del libro Galápagos Giant Tortoises (Academic Press, 2020) junto a otras figuras de la conservación y recuperación de los míticos reptiles galapagueños.
Los artículos e informes producidos por Cayot dejan constancia de su constante trabajo científico y de su quehacer académico. Pero son sus fotos y sus notas las que permiten ver Galápagos (y el trabajo que ella realizaba en las islas) a través de sus propios ojos, desde su propia perspectiva, con su mirada. Esa perspectiva muestra a una persona activa y comprometida que transitó por el archipiélago en una época efervescente, de luchas conservacionistas y avances biológicos, pero que nunca dejó de ver la imagen mayor, el marco general en el cual esas luchas y esas búsquedas tenían lugar, y tampoco olvidó posar la vista en los pequeños detalles cotidianos y fugaces.
Como queda dicho, los seres humanos no somos más que las huellas que dejamos atrás. Seguramente los años venideros permitirán tejer las marcas dejadas por Linda Cayot y entender, de forma integral, el legado que su trabajo y su persona dejaron en las Galápagos. Mientras tanto, tenemos un puñado de retazos que nos permiten conocerla y recordarla.
[La fotografía que ilustra este texto se conserva en el Archivo de la FCD. En ella aparece Linda Cayot en "La Caseta" de la parte alta de isla Santa Cruz en 1982, durante su trabajo de investigación para su tesis de doctorado].
Texto e imagen: Edgardo Civallero (edgardo.civallero@fcdarwin.org.ec)
Fecha de publicación: 1 de noviembre de 2022
Última revisión: 1 de noviembre de 2022