El descubrimiento

Fragmentos para una historia de Galápagos

El descubrimiento

 

 

En 1535, durante un viaje entre Panamá y Ecuador, el obispo español Tomás de Berlanga fue desviado de su ruta por una calma chicha y las fuertes corrientes predominantes, y se convirtió en el primer europeo conocido en desembarcar en Galápagos (10 de marzo).

Ese mismo año, desde Portoviejo (actual Ecuador), escribió una carta al rey Carlos I describiendo el archipiélago: Carta a Su Majestad de Fray Tomás de Berlanga, describiendo su viaje desde Panamá á Puerto Viejo, e los trabajos que padeció en la navegacion (26 de abril).

En ella cuenta que, después de zarpar, su barco tuvo 7 días de vientos favorables y otros 6 de calma. Durante estos últimos, las corrientes lo empujaron hacia una isla, que avistaron el 10 de marzo. Tenían agua solamente para 2 días, por lo que enviaron un barco a buscar algún manantial. No encontraron sino lobos marinos, y tortugas tan grandes que podían llevar encima a un hombre, y muchas iguanas "que son como sierpes".

Al día siguiente vieron una isla diferente, mayor que la primera y con grandes montañas, y se dirigieron allí, creyendo que, por su tamaño, tendría "ríos y frutas". Cuando pudieron desembarcar, ya estaban sin agua en el barco, y no la encontraron en tierra, por lo que tuvieron que cortar las hojas de las opuntias y beber su savia.

El Domingo de Pasión, Berlanga dijo misa, y la tripulación acabó encontrando agua, pero para entonces dos hombres y diez caballos habían muerto de sed.

Desde esa isla pudieron ver otras dos, una más grande y otra de tamaño mediano. Berlanga descubrió que estaban aproximadamente a un grado por debajo de la equinoccial. Nuevamente hallaron lobos marinos e iguanas, además de tortugas gigantes, y muchas aves como las de España, pero "tan bobas, que no sabían huir". Había piedras brillantes en las playas, que Berlanga tomó erróneamente por diamantes y ámbar, pero la tierra era tan pedregosa que, a juicio del obispo, allí no se podía cosechar nada.

Con buena provisión de agua, navegaron 11 días sin avistar tierra y, luego de corregir el rumbo, y preocupados nuevamente por la escasez de líquido, avanzaron otros 10 días hasta llegar a "la bahía e río de los Caraques, viernes en nueve de Abril".

Oficialmente, nadie buscó las islas Galápagos, y nadie volvió a atracar en sus costas hasta 1546, cuando el conquistador español Diego de Rivadeneira llegó al archipiélago por accidente. En 1569 las islas fueron añadidas al mapa por Mercator, y a partir de ahí, la historia galapagueña, incluye una larga lista de avistamientos y desembarcos.

[La fotografía que ilustra este texto fue tomada por Edgardo Civallero].


Referencias

  Carta a Su Magestad de Fray Tomás de Berlanga, describiendo su viaje desde Panamá á Puerto Viejo, e los trabajos que padeció en la navegación. En Pacheco, Joaquín F.; Cárdenas, Francisco de; Torres de Mendoza, Luis (comps.). Colección de documentos inéditos relativos al descubrimiento, conquista y colonización de las posesiones españolas en América y Oceanía... Madrid: Imprenta de M. Bernaldo de Quirós [etc.], 1864-1884, tomo XLI, pp. 538-544.


 

Texto e imagen: (edgardo.civallero@fcdarwin.org.ec)
Fecha de publicación: 1 de mayo de 2022
Última revisión: 1 de mayo de 2022