Las huellas de la memoria isleña
El patrimonio documental galapagueño
El patrimonio documental, como su nombre indica, está formado por documentos: cualquier material o soporte físico que codifique información de algún tipo. Entre los documentos más clásicos y universales se encuentran los libros. Pero esta categoría incluye formatos tan dispares como fotos, tejidos, grafitis, mapas y vasijas, entre muchos otros.
Como conjunto, forma parte de una unidad mucho más amplia, el patrimonio cultural intangible, el cual, junto a su contraparte tangible, compone un entramado de espacios, construcciones, voces y recuerdos que definen la cultura, el pasado y la identidad de una comunidad y de un territorio.
En 2015, la UNESCO estableció la Recommendation Concerning the Preservation of, and Access to, Documentary Heritage ("Recomendación sobre la preservación y el acceso al patrimonio documental"), señalando que "documentary heritage in archives, libraries and museums constitutes a major part of the memory of the peoples of the world and reflects the diversity of peoples, languages and cultures" ("el patrimonio documental en archivos, bibliotecas y museos constituye una parte importante de la memoria de los pueblos del mundo y refleja la diversidad de pueblos, lenguas y culturas").
Las islas Galápagos no son la excepción. Lamentablemente, el patrimonio documental isleño ha sido escasamente preservado en el archipiélago, ubicándose sobre todo fuera, en instituciones estadounidenses. La Biblioteca, Archivo & Museo de la FCD es uno de los escasos espacios locales dedicados a la recuperación de esa memoria intangible, tanto de forma física como digital. Todas sus actividades y proyectos —incluyendo la propia Galapagueana— se enmarcan en las directrices sobre protección de patrimonio, conocimiento y memoria establecidas por la UNESCO y otras organizaciones internacionales similares.
Probablemente uno de los componentes más importantes del patrimonio documental sea el patrimonio bibliográfico: libros, revistas, artículos, separatas, tesis, informes y otros materiales similares, impresos, mecanografiados o manuscritos, relativos a las Galápagos. Entre ellos se ubican los elementos que componen la "bibliografía histórica" paulatinamente construida como sección en Galapagueana, pero también todo el corpus de literatura científica producida sobre el archipiélago, las novelas escritas por autores isleños o sobre las islas, las crónicas y diarios de viaje (incluyendo las bitácoras de piratas, balleneros y otros navegantes), los cuadernos de notas de viajeros y exploradores, los manuales de gestión de áreas protegidas, toda la información electrónica existente, y mucho más.
Otro componente voluminoso de este cuerpo patrimonial es el audiovisual, el cual comprende imágenes fijas y en movimiento, piezas de audio, o una combinación de ambas. En este variopinto campo quedan incluidas fotografías, diapositivas, negativos, películas, videos y grabaciones de audio, incluyendo las primeras imágenes tomadas en Galápagos, las tempranas películas, las primeras grabaciones, cintas VHS con programas de televisión galapagueños, cintas de audio con programas de radio locales, combinaciones de diapositivas y casetes en paquetes educativos, videos de charlas científicas y de eventos familiares, fotos oficiales de municipios y gobiernos, archivos periodísticos, y la terrible avalancha de imágenes y videos digitales distribuidos a través de redes sociales durante las dos últimas décadas. En este ámbito, la variedad de formatos es mayor, pues los documentos audiovisuales son producidos de forma más "democrática" (por cualquiera) y están sujetos a cierta "obsolescencia programada".
Mapas, planos arquitectónicos, esquemas y otra información cartográfica también entra dentro del patrimonio documental. Lo mismo ocurre con carteles y pósteres (incluyendo los científicos), y con sus versiones más oficiales (placas de bronce y mármol) y más populares (grafitis, murales y pintadas). Entre estos últimos se encuentran algunas de las expresiones gráficas más tempranas de las Galápagos: las inscripciones dejadas por los balleneros, la más temprana de las cuales parece remontarse a 1804 (dejada por Cameron Hathawson, del Halard, en isla Santiago).
Además de los elementos mencionados hasta aquí —una aproximación terriblemente básica a un universo por demás complejo y diverso— existe toda una serie de otros materiales que también podrían catalogarse dentro de esta categoría patrimonial. Esto incluye (pero no se limita a) dibujos, pinturas y otros trabajos artísticos; artefactos de museo, tanto arqueológicos como históricos; memorabilia, suvenires y otros materiales pequeños y fragmentarios.
El patrimonio documental incluye tanto los elementos producidos por el sistema hegemónico (gobierno, academia, voces "autorizadas") como por aquellos elaborados desde los "márgenes". En ese sentido, es necesario realizar un ejercicio de "tejido de memorias" que incluya todas las voces y todas las perspectivas reflejadas en los diferentes documentos.
Esa es la única forma de construir una historia plural y completa de las islas Galápagos a partir de su patrimonio cultural.
[La fotografía que ilustra este texto corresponde a un cuaderno de inventario conservado en el Archivo de la FCD].
Texto e imagen: Edgardo Civallero (edgardo.civallero@fcdarwin.org.ec)
Fecha de publicación: 1 de octubre de 2022
Última revisión: 1 de octubre de 2022